Elegir lo mejor del E3 es fácil: Keanu Reeves. Ya está. Su presencia en el escenario de la conferencia de Microsoft hubiera sido suficiente, pero además tenía la mejor excusa posible: Reeves aparece en Cyberpunk 2077 como personaje. Aunque en realidad, empiezo a pensar que la línea que separa a Keanu de John Wick es cada vez más fina… y claro, mi cabeza se acaba yendo a "John Wick aparece en Cyberpunk 2077 con un brazo biónico" y mola todo.
Otro de los momentazos del E3 2019 fue, sin duda, ver a Israel Cruz, Community Manager de Madden NFL, con una sombrilla en la cabeza durante el evento de EA. Aquí lo tenéis:
Bueno, pues ya tenemos la imagen del día en el evento de EA https://t.co/wJiwSSO92b #EAPlay2019 Va a ser lo mejor del bloque dedicado al Madden NFL 20, claro. pic.twitter.com/BFNeNU8oEM
— Vidaextra (@vidaextra) June 8, 2019
Un evento de los de sofás y tertulia que resultó soso y aburrido a más no poder (salvo por el momento sombrilla de ahí arriba). Bien que pudiéramos ver 15 minutazos de gameplay de Star Wars Jedi: Fallen Order, claro, pero el resto... mejor lo vamos olvidando.
También me gustaría destacar otro momento mítico de este E3 para mí: cuando los responsables de la saga Trials entraron así durante la previa que hizo Ubisoft antes de su conferencia:
Meanwhile on the Ubisoft E3 conference pre-stream. pic.twitter.com/51q1qnyGCb
— Daniel Ahmad (@ZhugeEX) June 10, 2019
Todo esto y mucho más es E3 en estado puro. Las conferencias, en general, ya hace tiempo que aburren y preferimos otros formatos como el Nintendo Direct. Pero esos momentos de locura, esos fragmentos de diversión absoluta y espontánea, conectan en mi cabeza con lo que significa celebrar los videojuegos.
Y ya que he mencionado a Nintendo, para mí su streaming fue lo mejor del E3 2019 por muchos motivos: The Witcher 3 llegando a Switch, la locura en la que se está convirtiendo Super Smash Bros. Ultimate para todos sus fans y, sobre todo, ese anuncio de la secuela de Zelda: Breath of the Wild.
La forma en la que compañías como Ubisoft y Nintendo abordan el E3 es la que más me atrae y me acaba divirtiendo. Y sí, Microsoft tuvo una buena conferencia, pero acabó cayendo, por lo que sea, en lo que una vez el propio Larry Hryb de Xbox, Major Nelson para los amigos, criticó en su momento: anunciar una nueva consola sin mostrarla.
Pero, ¿a quién quiero engañar? Lo mejor del E3 ha sido poder cubrirlo para todos vosotros junto a mis compañeros de VidaExtra un año más.
Lo mejor del E3 según R. Márquez
Sin duda alguna lo mejor del E3 son las vacaciones de ensueño que se van a pegar los empleados y directivos de las empresas creadoras de cinemáticas CGI. Con toda la pasta que han sacado tras su trabajo este año, probablemente puedan dar la vuelta al mundo en un crucero de lujo.
Ironías a un lado, creo que ha quedado claro hasta qué punto estamos en un E3 de transición. La nueva generación está a la vuelta de la esquina y eso ha provocado que sólo aquella compañía que no está preocupada por ese salto tenga la oportunidad de brillar. Nintendo va a lo suyo y le está funcionando a las mil maravillas.
Es la única que ha entendido lo que es hoy en día el E3, aportando ritmo y agradables sorpresas en una presentación en la que Luigi's Mansion 3 acabó siendo mucho mejor de lo esperado, e incluso se permitió el lujo de enseñar un nuevo Zelda. Además fue capaz de generar atención en títulos que habían generado algo de controversia, como es el caso del creador de mazmorras de The Legend of Zelda: Link's Awakening.
En lo que a juegos respecta, es indudable que hay dos títulos que están por encima del resto: Cyberpunk 2077 y Final Fantasy VII Remake. Vendidos ya desde su anuncio, el E3 ha servido para confirmar que no hay otro título que les haga sombra en lo que a generar expectación se refiere. Soberbios en lo visual y, aparentemente, también en lo jugable.
Con algo de distancia le siguen Watch Dogs Legion, demostrando con un gran planteamiento que esta franquicia siempre ha sido una opción a tener muy en cuenta, y el panorama indie que a base de interesantísimas ideas como las de Twelve Minutes sigue derrochando calidad y originalidad a partes iguales.
Con ganas de más me dejan Gods & Monsters de Ubisoft y Deathloop de Arkane Studios. Dos juegos a los que sin duda seguiré la pista muy de cerca.
Lo peor del E3 según R. Márquez
Es relativamente fácil mantener controladas las expectativas si es eso lo que te interesa hacer. Microsoft llevaba desde el último E3 mareando la perdiz con la nueva generación y su sistema de streaming, pero salimos de su conferencia sabiendo prácticamente lo mismo que ya teníamos sobre la mesa. Hay datos, sí, pero nada a lo que agarrarse en lo que parecía ser una oportunidad de oro para tomar la delantera.
Project Scarlett y Project xCloud salen de Los Angeles tal y como han entrado, siendo proyectos cuya presentación ha sonado más a excusa que a declaración de intenciones. Manda narices que Sony, sin ir al E3, haya mostrado más de las posibilidades de su consola que Microsoft. Hasta la pobre presentación de Stadia dejó con menos dudas -y fueron muchas- el salto al streaming.
El resto, los juegos, una sucesión de cinemáticas en las que ni hubo oportunidad de vender la nueva generación con un Halo Infinite que arrastró más épica enseñando menos el año pasado, ni para animarnos a seguir de cerca franquicias como Gears 5. Que el gameplay más impresionante que se vio en la conferencia viniese de Flight Simulator dice mucho de la pasividad con la que Microsoft ha encarado esta edición de la feria. Suerte que andaban por ahí joyas de la talla de The Outer Worlds o Ori and the Will of the Wisps para dejarnos algo más tranquilos.
Queda claro que no ha sido un E3 para enmarcar. Tampoco para olvidar, ojo, porque al final la culpa siempre es de los mismos: nosotros
Las third tampoco se salvan de la quema. Conferencias bastante soporíferas en las que ni Ubisoft, que siempre consigue levantar el ánimo de una forma u otra, brilló con la intensidad vista otros años. Mucha cinemática CGI y pocas nueces en un E3 donde EA volvió a demostrar que su rumbo hace aguas, Bethesda está demasiado preocupada por el control de daños y Square Enix ni le ha pillado el punto a lo de montar conferencias ni parece que vaya a hacerlo pronto.
De chiste tener el juego de los Vengadores con una demo en la feria y que lo único que viésemos fuesen tres cinemáticas. Un ejemplo perfecto de cómo desinflar las ganas por un juego con una presentación mal enfocada. Lo mismo con Dragon Ball Z: Kakarot, ese prometedor proyecto RPG que, al menos con algo de cabeza, supo esconder lo que momentos después pudimos ver en formato jugable: Goku recogiendo minerales y poniéndose una cola de quita y pon para poder pescar.
Desconozco a qué ha jugado este año esta industria, pero dudo que alguno de los organizadores llegase creyendo que iba a petarlo con su conferencia. Queda claro que no ha sido un E3 para enmarcar. Tampoco para olvidar, ojo, porque al final la culpa siempre es de los mismos: nosotros. Ese último resquicio de jugadores que espera esta feria como la semana más importante del año y se ilusiona más de la cuenta antes de comprobar que, como casi siempre, el E3 que tenemos en la cabeza es mucho mejor que el que sale al escenario.
Lo mejor del E3 según Frankie MB
La organización del E3 se enfrentaba, de partida, a su mayor crisis: Sony decidió no acudir al evento, Electronic Arts participó, sí, pero desde fuera y Google decidió adelantarse al resto para ofrecer todos los detalles restantes de Stadia. Pero claro, luego te encuentras a Keanu Reeves con un brazo cibernético como colofón del mejor tráiler de Cyberpunk 2077 y recuerdas lo que hace grande a la mayor feria del videojuego del mundo.
Nintendo aprendió del año pasado y se impuso al resto de conferencias de una manera muy especial: sus licencias -esas que tanto mima- ahora comparten el mismo peso y protagonismo que las de otros grandes como CD Projekt RED, Square Enix o una SEGA que no solo es su gran aliada, también es su mejor amiga. Da la impresión de que todos quieren estar en Switch y eso es un lujo en vistas de una próxima generación de consolas.
De hecho, la Gran N supo darle la vuelta a las filtraciones y los rumores, incluyendo las dos próximas incorporaciones a Smash Bros. o la llegada a Switch de The Witcher 3, para integrarlas en su presentación en clave de sorpresa, aprovechando ese rebufo de emociones para poner un broche que, además, torna en promesa: la secuela del impecable The Legend of Zelda: Breath of the Wild es la respuesta de Nintendo a la técnicamente inminente próxima generación de consolas, pero también una de las mayores alegrías del evento.
Nintendo no fue la única que aprendió de los errores del año pasado: Square Enix colmó a los fans con los anuncios que realmente deseaban ver: Final Fantasy VII Remake se muestra en toda su gloria y fija su fecha de lanzamiento, el largamente perdido en combate Squall reaparece triunfante con su más que merecido remaster y colmó a los asistentes de anuncios que casi -casi- compensaron las impresiones iniciales de sus Vengadores.
Microsoft, por otro lado, fue a por todas. Sesenta juegos sobre la mesa y un soporte abrumador del Game Pass. Tim Schafer y Double Fine se incorporan a la cada vez más potente familia de estudios de Microsoft. Habrá mucho Gears, habrá Age of Empires, habrá Halo y en 2020 habrá nueva generación de consolas. Una constante ráfaga de anuncios y novedades que, visto en perspectiva, nos recuerdan lo mejor del E3 y que encontró en la conferencia de Ubisoft la réplica perfecta: juegos, nuevas ideas y espectáculo en dosis desmedidas. Un nuevo Just Dance siempre es bienvenido y ¡qué buena pinta tiene el nuevo Watch Dogs!
Y en medio de un torbellino de anuncios, un público completamente rendido a Ikumi Nakamura. Una creativa que estuvo en Okami, en Bayonetta y que ahora tomará las riendas del desarrollo de Ghostwire Tokyo. Pero también una de nosotros. Una apasionada por los videojuegos que no tardó en ganarse al respetable con su tímida intervención. Un soplo de aire fresco entre los inevitables discursos precocinados y las grandes promesas.
El E3 2019 no será tan recordado como el que vivimos en 2015, ese en el que Cloud y Ryo Hazuki hicieron explotar las expectativas de la audiencia. La edición de este año ha sido un cúmulo de sensaciones y anuncios más sobrio, tangible a medias dada la cantidad de cinemáticas, pero que ha dado a todos los que seguimos teniendo fe en el formato lo que podíamos esperar de él y un poquito más. Incluyendo una fecha para Cyberpunk 2077.
Lo peor del E3 según Frankie MB
¿Es necesaria la participación de Sony en el E3? La edición de este año es especialmente reveladora en ese sentido y la conclusión que saco es bastante peculiar: pese a que el coloso ha declinado la invitación, no todo el mundo ha tenido la misma predisposición a aprovechar ese extra de atención. Era la oportunidad de brillar, pero nos hemos vuelto a topar con ritmos irregulares en los que se han castigando las sorpresas y la magia de Internet ha dado más protagonismo a todo lo que no nos ha gustado. Incluido el careto de los nuevos Vengadores.
La sensación que tengo tras la resaca de avances, fechas y novedades, es que este E3 ha empezado a echar lazos a la siguiente generación sin ponerle el cierre a la actual
Sorprendentemente, Microsoft y Nintendo salieron a la palestra sin apenas filtraciones. Y las que hubo tampoco se tomaban muy en serio. En buena parte, se debe a que -quitando la presentación de Nintendo- íbamos a menú cerrado con respecto a los platos fuertes del evento: fechas de Final Fantasy VII remake, DOOM Eternal o Link's Awakening, con mención especial a unos planes de futuro de Microsoft en los que finalmente nos quedamos sin ver un prototipo de su próxima consola.
Caso aparte es Marvel Avengers. Un juego que tenía todos los ingredientes para replicar el impacto de las películas o Marvel's Spider-Man y que acabó siendo carne de memes por los acabados de los personajes y una trama inicial de cliché: los héroes más poderosos de la Tierra se enfrentan a una crisis tras una trampa vagamente calculada durante su día conmemorativo. Square Enix tendrá que trabajar muy duro para contrarrestar ese feedback.
La sensación que tengo tras la resaca de avances, fechas y novedades, es que este E3 ha empezado a echar lazos a la siguiente generación sin ponerle el cierre a la actual, lo cual nos deja una interesante serie de deja vu con los broches las anteriores generaciones, muy al estilo de Neo en Matrix:
- FIFA 20 recuperará el fútbol callejero
- Activision lanzará una vez más Call of Duty: Modern Warfare
- Nintendo pone sobre la mesa la secuela de The Legend of Zelda: Breath of the Wild sin fecha, pero tendremos una entrega clásica actualizada
- El próximo Halo será uno de los máximos abanderados del cambio generacional
- Just Dance y Watch Dogs seguirán siendo los dos extremos del abanico de propuestas de Ubisoft
- Seguimos soñando con echarle el guante a Shenmue III y un remake de Final Fantasy VII. Un sueño cada vez más tangible, todo sea dicho
No te negaré mi entusiasmo con proyectos como Elden Ring, que reunirá los talentos de From Software y el creador de Juego de Tronos, o el regreso de Travis en No More Heroes III. Aunque claro, al final todo queda reducido a cinemáticas, sueños e ilusiones. Confieso que he echado en falta alguna nueva licencia que se mostrará en movimiento y despertara ese flechazo instantáneo, esa corazonada, de años anteriores. Un Horizon: Zero Dawn; un Sekiro: Shadows Die Twice; un Dragon Ball FighterZ.
Sin embargo, mi mayor decepción en lo referente a las impresiones iniciales son los gameplays de Dragon Ball Z: Kakarot. Esperaba más de Cyberconnect. Y, para ser justos, espero más del proyecto. Ojalá me equivoque.
Lo que te puedo decir es que, al menos este año, no he echado de menos a Sony. No te sabría decir lo mismo el próximo año. Kojima ya dijo todo lo que tenía que decir de su apoteósico Death Stranding antes del evento y con eso se cubrió la cuota de PS4 de aquí a finales de año. O, al menos, hasta el próximo State of Play. Por cierto, ¿alguien ha visto la realidad virtual estos días?
Lo mejor del E3 según Sergio Cejas
Por muchos puntos negativos que se le pueda sacar al E3, una parte de mí siempre contará los días que quedan para que se celebre una nueva edición y descubrir qué sorpresas nos guardan las compañías. Eso sigue siendo uno de los grandes puntos de la feria de Los Angeles. Por desgracia, las filtraciones continúan destruyéndonos un poquito esa ilusión, pero al menos este año no ha habido tantas como en otras ocasiones.
Nintendo sigue siendo la mejor a la hora de guardar secretos. Tal vez ese haya sido uno de los motivos por los que para mí ha sido la clara ganadora, por no tener claro con qué nos iba a dejar atónitos. Aun así, el principal motivo ha sido por los grandiosos ases que se guardaba bajo la manga al ser de lejos los más impactantes de todos. He de decir que no paré de sonreír con cada sorpresa que se producía y los 40 minutos que duró el Nintendo Direct se me pasaron en un suspiro.
Luigi's Mansion 3 me encanta. El retraso de Animal Crossing: New Horizons al 2020 me parece perfecto porque este año está muy completo. Estoy completamente enamorado del remake de The Legend of Zelda: Link's Awakening. Quiero que llegue ya noviembre para viajar a Galar con Pokémon Espada y Escudo. Y sobre todo, y por encima de todo, ¡quiero jugar a la secuela de The Legend of Zelda: Breath of the Wild!
El que considero el mejor Zelda de todos los que existen va a recibir una secuela directa y no puedo estar más feliz por ello, como gran fan de la saga, pero mucho me temo que hasta 2021, como pronto, no llegará a las tiendas. Hasta entonces tendremos entretenimiento para rato con la infinidad de juegos que han sido presentados por todas las compañías y que personalmente me tienen muy expectante.
Estoy deseando jugar al remake de Final Fantasy VII, un firme candidato a ser uno de los juegazos de 2020, y al de Trials of Mana (Seiken Densetsu 3), cuyo juego original nunca llegó a occidente. También quiero ponerme a repartir espadazos con Star Wars Jedi: Fallen Order, masacrar demonios con DOOM Eternal y perderme de lleno en el mundo futurista de Cyberpunk 2077 o en uno con un toque más mágico como el de Gods & Monsters.
Como añadido, también quiero resaltar dos cosas más. La primera es que las conferencias de Devolver Digital o Limited Run Games, pese a no destacar por sus impresionantes anuncios, han sido un año más de las mejores por hacernos pasar un rato increíblemente divertido con su forma de presentar los juegos. Entre eso y el formato del Nintendo Direct, así es como se deberían hacer todas. Entretenimiento y juegos sin parar.
Y la segunda es la incorporación de Banjo-Kazooie en Super Smash Bros. Ultimate. ¿Un DLC entre lo mejor del E3? Pues la verdad es que sí, porque no es uno cualquiera. Es el regreso de una de las parejas más míticas y queridas de los videojuegos que nacieron en Nintendo 64 y, tras muchos años pidiendo que se unieran a la plantilla, por fin se hará realidad. Nintendo y Microsoft siguen estrechando sus lazos y al final los que más ganamos con todo esto somos los jugadores.
Lo peor del E3 según Sergio Cejas
Electronic Arts. Es así. No puedes pretender que estemos tres horas pegados a una pantalla para mostrar solo seis juegos, de los cuáles solo uno de ellos es realmente nuevo, Star Wars Jedi: Fallen Order, y otro se trata de una expansión, Los Sims 4: Vida Isleña. De los demás, dedicar 30 minutos a unos mapas de Battlefield V que ya se presentaron días atrás o hablar durante hora media hora sobre FIFA 20 cuando su tráiler ya se había mostrado horas antes, no tiene mucho sentido.
Tampoco se puede hablar mucho mejor de Bethesda, Ubisoft o Microsoft. Al menos en estos casos, en comparación con EA, las conferencias tuvieron algo más de ritmo y sí que presentaron cosas interesantes. No obstante, las verdaderas sorpresas de Bethesda se quedaron en puras cinemáticas. A Ubisoft le faltaron más bombazos, pese a que Watch Dogs Legion tiene muy buena pinta. Y Microsoft... ni fu ni fa.
La presentación de Project Scarlett era de las cosas más esperadas de este E3 2019 y tras el vídeo que metieron en la conferencia me quedé un poco plof. Sí, muy potente, un maquinón y tal, pero ya está, ni sabemos el nombre definitivo, cómo será ni nada. Los datos son muy escasos, incluso son menos todavía que los de PS5, así que está claro que hasta el E3 del año que viene no tendremos más noticias al respecto. Ojalá ese momento llegue con algún juego en movimiento y no con simples números y palabras.
Asimismo, en la conferencia de Microsoft también se mostró Dragon Ball Z: Kakarot con uno de los mejores tráilers de esta edición. Eso sí, una cosa es lo que te quieren vender y otra lo que será realmente, porque tras observar su primer gameplay no me pudo parecer más soporífero y aburrido. La misma sensación que me ha transmitido Shenmue III. Y desde luego no me puedo sentir más decepcionado con lo que han hecho con mis queridos Battletoads con ese aspecto visual tan horrendo.
Por otro lado, durante este E3 casi olvido que todavía estamos en 2019 por la cantidad de veces que he escuchado "2020". Prácticamente ocho de cada diez juegos de los que se han anunciado se lanzarán el año que viene en fechas por determinar. La duda que me asalta en torno a ese tema es, ¿realmente los veremos a todos en 2020? Porque ese cuento ya me lo han contado muchas veces en el E3 y al final infinidad de los títulos presentados no paran de sufrir retrasos o ni siquiera vuelve a haber rastro de ellos en futuras ferias.
Skull & Bones, Starfield, The Elder Scrolls VI o Beyond Good & Evil 2 son algunos de los mejores ejemplos de esta situación. Entiendo que hay que calentar motores de cara a todo lo que llegará a partir de enero porque los próximos seis meses que nos quedan por delante ya están bastante completitos, pero sinceramente me cansan las promesas que luego no se cumplen. Espero de corazón que el año que viene no se repita la misma historia.
La opinión de Jarkendia, para bien y para mal
Sabiendo que Sony no iba a estar en el E3 2019, por primera vez en sus 24 años de historia, caía de cajón que la feria de este año no iba a contar con el mismo impacto al faltar uno de sus máximos competidores. Y así ha sido.
Ninguna compañía ha brillado con especial fuerza, ahora que he tenido tiempo de reposar las sensaciones en caliente de cada conferencia. Hemos sido testigos de demasiadas cinemáticas, retrasos, notables ausencias y pocas sorpresas. Aunque tampoco quiero sonar tan catastrofista, porque he disfrutado mucho este E3 2019 y el panorama futuro es muy prometedor.
¿Y qué es lo que más me ha gustado? Keanu Reeves, por supuesto. Para mí fue lo más grande del evento de Los Angeles. Y por la tremenda pintaza que sigue teniendo Cyberpunk 2077, donde CD Projekt RED nos demostrará que sabe salir de su zona de confort con The Witcher y cortarnos la respiración.
No he visto ninguna conferencia ganadora, por otro lado, más allá de lo absurdo que me resulta que tenga que haber un vencedor cuando los que vamos a ganar realmente somos todos los jugadores. Cada una ha sabido brindarnos varias alegrías. Contenidas, pero alegrías, después de todo.
Cierto es que las filtraciones restaron mucho impacto, como la colaboración entre Hideo Miyazaki y George R. R. Martin en Elden Ring, el primer juego de Ninja Theory ya dentro de la familia Xbox Game Studios o el regreso de Banjo y Kazooie a una consola de Nintendo, pero saber que The Legend of Zelda: Breath of the Wild va a contar con una secuela es histórico. ¡Brutal!
Las conferencias de Microsoft y Nintendo son las que más disfruté y las que más rápido se me pasaron, de hecho. Hubo muchos juegos en escena aunque se echasen en falta noticias sobre Age of Empires IV, Bayonetta 3, qué videojuego está desarrollando The Initiative, Metroid Prime 4, cómo será el futuro Pikmin y, sobre todo, ampliar información sobre Scarlett.
Al fin y al cabo esta generación de consolas llegará a su fin en 2020 y toca el relevo. En ese sentido, no me ha gustado nada la política de Square Enix en relación a Final Fantasy VII Remake, que se chocará de bruces entre dos generaciones al salir en varias partes. Hubiese sido mejor esperar a 2021...
Tampoco me ha gustado que se haya abusado tanto de las cinemáticas para mostrar nuevos juegos, porque esto no es fiel reflejo de cómo serán en realidad. Me pica la curiosidad sobre el gameplay real de Marvel's Avengers, aunque me muera de ganas por jugarlo sabiendo quién está detrás (Crystal Dynamics) y esa posibilidad de jugar en compañía de otros tres colegas.
¿Y lo peor de la feria? El ritmo de la conferencia de EA. Así no, por favor.
Lo mejor del E3 según Pablo Vázquez
Si hay algo que nos gusta del E3 es la cantidad ingente de títulos que se anuncian y, sobre todo, porque es el momento en el que muchas fechas de lanzamiento son anunciadas. Y aunque muchas sorpresas se fastidiaron por culpa de algunas filtraciones, eso no nos impidió disfrutar de nuestros títulos más esperados.
Aunque pasó tan rápido como una bala, la presencia de Elden Ring fue suficiente para saber que From Software mantiene ese toque tan suyo que nos vuelve "huecos". Con un tráiler de apenas dos minutos, ya nos sumimos en ese mundo desolado y fragmentado, en esa oscuridad y decadencia de la humanidad. Y no olvidemos quién esta detrás del proyecto: Hidetaka Miyazaki y George R. R. Martin.
De todos los anuncios que ha ofrecido el E3 2019, el más espectacular fue el de Cyberpunk 2077 y su fecha de lanzamiento, con un Keanu Reeves que sorprendió al aparecer dentro del juego como, poco después, en la misma conferencia de Xbox. Es el título que más hype está generando y al que más ganas tengo, personalmente, ya que en lo que va de año habré visto Bladerunner varias veces solo por calmar un poco el mono del juego.
Como cualquier moneda, el E3 tiene sus dos caras. Y aunque otros años la balanza ha estado más equilibrada, este año hemos tenido algunas conferencias realmente decepcionantes
Sin ninguna duda, el remake de Final Fantasy VII viene después. Ya son muchos años desde que jugué por primera vez al título de Playstation 1, y años después a Crisis Core Final Fantasy VII para PSP. Y si ahora me ofrecen un Final Fantasy VII con un sistema de combate Hack and Slash y la posibilidad de alternar entre los personajes, solo puedo decir ¡toma todo mi dinero!
Aunque nunca en la vida he sido un jugador de Nintendo, y aunque he disfrutado mucho de los Zelda, no pasa un día sin que me replantee comprarme la Switch para jugar al Zelda: Breath of the Wild. Y más aún después de ver que ya se está desarrollando la secuela del título. Si hay algo que me apasiona, son los RPG mundo abierto, y por lo que llevo visto de este titulazo, no creo que vaya a encontrar nada igual en mucho tiempo.
Lo peor del E3 según Pablo Vázquez
Como cualquier moneda, el E3 tiene sus dos caras. Y aunque otros años la balanza ha estado más equilibrada, este año hemos tenido algunas conferencias realmente decepcionantes. Ya de primeras, la ausencia de Sony en el E3 me dejó un poco alicaído; no íbamos a recibir noticias todavía de The Last of Us II, Ghost of Tsushima y Death Stranding. Pero bueno, todavía nos quedaban muchas opciones.
Una cosa es levantarse con el pie izquierdo y otra muy distinta hacer una conferencia como la que se marcó EA. EA PLAY tuvo el primer turno durante el evento y nada de lo que anunció fue... ¿novedoso, original? Salvo por Star Wars Jedi: Fallen order, no hay ninguna IP nueva. Solo continúan con las cómodas franquicias que tienen asegurado a su público. Realmente lamentable.
De Bethesda no tengo mucho que decir... salvo ¡dónde esta The Elder Scrolls VI! El mayor evento de videojuegos del año y no presentan ni un poquito de semejante bomba. Ubisoft, por otro lado, se quedó a medias. Presentó Watch Dogs Legion, pero más allá de eso, le faltaron más títulos y presentar gameplays, no cinemáticas.
Ya por último, el esperado anuncio del Project Scarlett nos impresionó... un rato. Sí, sus prestaciones son espectaculares y sus promesas mucho más. Pero sin un nombre, ni una imagen, ni nada si me apuras. Una presentación demasiado escueta para tratarse de la próxima generación de consolas.