En su concepción, allá por 2013, Spacejacked iba a ser una especie de Metroidvania con controles gravitacionales, pero su responsable, el estudio de Singapur Rotten Mage, comprendió que dada su experiencia en el desarrollo de juegos y con los recursos con que contaban igual era como demasiado ambicioso y acabó siendo convertido en un tower defense, aunque eso sí, manteniendo lo del control gravitacional.