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jueves, 5 de noviembre de 2015

Desarrollando un alt-game, por Ludipe y AC Ojeda [indie-o-rama]

Si a estas alturas no conoces lo que son los videojuegos alternativos o alt-games, no te preocupes, nosotros tampoco. Tenemos una ligera idea de lo que ese término significa, pero al final es sólo eso, una etiqueta. Un placebo, igual que el término indie: no expresa nada, es una excusa para aglutinar todo lo que aparentemente «sobra».

Esta entrada – reflexión – presentación de proyecto ha sido escrita por los desarrolladores Luis Díaz Peralta, Ludipe, y AC Ojeda. Con invitación final a contemplar la magia.

A menudo hablamos de lo «divertido» que es un juego en comparación con otros, algo que nos chocaría si estuviéramos refiriéndonos a una película o un libro. Porque, claro, los otros medios son cosas serias que pueden transmitir emociones y sentimientos, mientras que los juegos son sólo eso, juguetes. Quizás el problema esté en que los videojuegos siguen siendo niños que todavía no han madurado: mientras sus hermanos mayores están en plena adultez, los juegos acaban de descubrir que tienen pies y están empezando a tomar conciencia de su existencia y del mundo que los rodea. Así que, como el resto de los niños, toman la ropa que se les va quedando pequeña a los mencionados hermanos mayores, y no pueden evitar crecer un poco a su sombra a los ojos de los demás. Algún día ese niño crecerá y se volverá un adulto más, aunque antes tendrá que pasar por la escuela, la universidad, una buena dosis de desengaños amorosos y algún que otro bache en el camino. Probablemente seamos unos niñatos, sí, y en el caso de que así fuera no tendría nada de malo; es una fase por la que toca pasar tarde o temprano.

Por jóvenes que seamos, está en nuestro ADN transmitir sentimientos, ideas y reflexiones. La necesidad de ser escuchado es inherente al ser humano. El camino a la madurez pasa por canalizar esos sentimientos, no esconderlos en el fondo del armario. Todo esto se aproxima a lo que entendemos que deberían ser los juegos alternativos. Para avanzar es necesario encontrar un equilibrio sano, y eso pasa por que haya un espacio para este tipo de obras.

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Expresar sentimientos convierte los desarrollos en procesos personales, más allá de la mera producción artesanal. Poner una parte de ti en algo es arriesgarse, desnudarse, mostrarse tal y como eres, y no hay nada de malo en ello. Humaniza algo que tenemos asimilado como un procedimiento técnico. El temor a la imperfección nos empuja a convertir una experiencia creativa en una línea de montaje, pero no debemos creernos especiales: sucede en todos los ámbitos de la sociedad. Las mejores cosas en la vida son imperfectas.

Nadie ve raro que un creador quiera expresar sus sentimiento a través de la literatura, el cine o la música. Entonces, ¿por qué hay tantos ataques a juegos personales, a los llamados alt-games? ¿por qué saltamos tan rápido a decir que «eso no es un juego»? ¿Acaso alguien tiene la potestad de decir qué es un juego y qué no? Que esa persona haya querido transformar sus sentimientos en un juego no tiene nada de malo. Es más, desde un punto de vista personal, el que la obra tenga ese toque de su autor ya le da un valor mayor que el de un producto mecánico e impersonal. Muchos desarrolladores se inician en la creación de videojuegos con la premisa básica de «¿qué pasaría si cojo x título y cambio este pequeño detalle?», planteamiento totalmente lógico y loable para un primer acercamiento. El desarrollo de un videojuego no debe ser como el nacimiento de Las Supernenas; no basta con echar azúcar, especias y muchas cosas bonitas para conseguir un buen juego. La experiencia personal debería ser el pilar fundamental para la creación. Acotar las referencias al mismo universo en el que se trabaja es un error muy común, al igual que el exceso de referencias.

Todo lo que queremos decir, tengamos razón o no, es que los videojuegos son un canal más para expresar sentimientos sin ningún tipo de complejo.

En este contexto nos hemos unido para desarrollar un pequeño juego alternativo durante el fin de semana (6-8 de Noviembre), donde intentaremos ser fieles a las ideas arriba expuestas. Todo se hará desde las oficinas de Made in Spain Games (en su twitter encontraréis más información), con streaming (siempre que nos lo permita la tecnología) y abierto a todo aquel que quiera acercarse a molestarnos (avisadnos con antelación).