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Abro el correo. ¿Qué ven mis ojos? «Mi juego es un no se qué que se parece a tal mezclado con tal». Otro juego que «se inspira en no se qué, pero añade no sé cuántos». El esquema se repite una y otra vez. Igual es una mala racha. A veces estas cosas pasan. Para cuando he terminado de revisar los e-mails, me queda una selección de juegos que quieren ser otros juegos. ¡Bueno! Qué se le va a hacer. Esto es lo que nos ha llegado.
Surfeo atómico
¿Qué es lo que quiere una partícula subatómica? EXACTO, tuercas doradas. Una partícula subatómica tiene enemigos. Una artícula subatómica tiene una meta. ¿El peor enemigo de una partícula subatómica? Una especie como de granos de polen. En fin, que da igual. Acaba de salir un sucedáneo de AudioSurf que igual consigue sincronizarlos al mismo ritmo.
Emperadores
Cuarenta mil dólares de sueños. Realmente no alcanzo a entender como alguien pretende agarrar Unity y hacer un Total War, un Civilization y un mundo MMO persistente con tales fondos, pero lo que llevan hecho no pinta para nada mal. ¿Conseguirán llevar el proyecto a término? ¿Y que llegue a molar? Lo veremos, o no.
Cómete mi polvo de estrellas
Cada vez más desarrolladores están intentando dar con la fórmula que atraiga al nuevo consumidor de videojuegos hacia juegos de corte más tradicional. Agua y aceite se mezclan mejor que los mercados consolero y móvil, pero he aquí un grupo de veteranos que quiere hacer un juego de coches que disparan con el que cautivar a este público tan amplio. Un Mario Kart de hasta 16 jugadores simultáneos controlable a través de los omnipresentes smartphone.
¿Y las tiritas?
Navecitas
En KaleidoGames tienen claro lo que hacen. Juegos sencillos. Juegos difíciles. Juegos como los que Jaime, el frontman del equipo, disfrutaba en recreativos los primeros ordenadores como el MSX. ¿Les suena un tal Valkyr? Les gustará Vortex Attack.
Fuente: indie-o-rama
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